viernes, 11 de octubre de 2019

París 1946


París 1946*


Se sentó en la barra y pidió al viejo barman, a quien conocía de La Resistencia durante la guerra, un vaso de agua tónica con hielo, llevaba cinco años sin beber alcohol. Lo bebió de una vez hasta el fondo, estaba sediento. Pidió un segundo vaso. Al escuchar las dos palabras de la contraseña, que aquella temible cara del viejo pronunció, caminó lentamente hasta el baño. Minutos después, al salir, tratando aún de desatascar la cremallera de su pantalón a medio cerrar, oyó un trueno, aunque esa noche no llovía, que cortó en seco la algarabía en el bar. Se encontró frente a ella, con una pistola Luger apuntándole. La reconoció, descalza, como acostumbraba cada vez que liquidaba. Detrás descubrió al barman en el piso desangrándose mientras su agónico cuerpo temblaba.


(*)Primer capítulo, del nuevo libro LA MUERTE CAMINA DESCALZA, aún en escritura por Abel Carvajal.


Abel Carvajal deja de escribir

 "La aventura de escribir ha terminado para mí en esta vida. Debo seguir por el sendero ancho que la Vida me muestra y prestar atención...