Es la primera vez que escribo una introducción a una de mis novelas, pero para esta nueva edición de EL MAGO DE MESOPOTAMIA, en vista de la acogida de las ediciones anteriores, decidí hacerlo, pues siento que ya es hora de revelar cómo nació.
Un caluroso mediodía del siglo XX que ya se aproximaba a su ocaso, me encontraba solo en una pizzería en Mérida, la capital del sorprendente estado mexicano de Yucatán, tierra sagrada que guardo en mi corazón. De repente, después de almorzar, me inundó un torrente de inspiración, fue una especie de epifanía. Tuve que escribir con mi bolígrafo sobre las servilletas de papel que tenía al alcance, por más de dos horas, aquella cascada de iluminación sobre las enseñanzas y propósito del Maestro de Galilea…
El hilo de la historia vino después, con el tiempo, al crecer la semilla que me “plantaron” aquel inolvidable día.
Espero que a usted, amable lector, esta novela le produzca un albor igual o, quizás, algo mejor.
Abel Carvajal
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